Gil Pender (Owen Wilson) se encuentra de viaje en Paris con su prometida Inez (Rachel McAdams) y sus suegros. Este viaje pone a prueba su relación al darse cuenta que los intereses que tienen en la vida y la imagen que tiene cada uno de sí mismo y el otro.
Contada asi podría ser el resumen de cualquier película romantica. No lo es. Es una cinta que tiene varias lecturas acerca de qué queremos en la vida, qué nos apasiona y nos hace soñar. Por tener varias lecturas les dire lo que yo encontré: es una película maravillosa.
Para quienes nos encanta Woody Allen y su humor peculiar quizás podemos ver en Owen Wilson un Woody Allen del Siglo XXI. Quizá por sufrir de bipolaridad, este actor puede reírse un poco de si mismo como lo hace Woody de su neurosis. Es muy refrescante estar sumergidos en una atmosfera surrealista y tener los remates del dialogo muy caracteristicos de este director.
Para quienes no disfrutan de igual manera el universo "Woodiano" quizá van a encontrar una pelicula que trata sobre las dudas de un autor a nivel creativo y personal con tanta agilidad en la narrativa cinematográfica que podrán identificarse con esa necesidad de hacer un alto en el camino y ver realmente qué te motiva para tu vida y profesión.
Por último, para los intelectuales, un desfile de personalidades, escritores de los años 20 que dan un toque surrealista y divertido a la aventura del protagonista. Quizá identifiquen a todos los personajes , quizá solo a la mitad pero aun así contagia el entusiasmo de poder vivir por momentos esas tertulias y amistades en las que lo importante era la creación y admiración mutua.
En esta ocasión he empleado la palabra "quizá" deliberadamente más de una vez porque seguramente a ustedes le dirá algo más esta película que a mi, lo que la coloca sin duda en Garantia CineStresS.
Escrito por Margarita Román
Si, ya leyeron lo que Margarita tiene que decir desde su punto de vista crítico pero sobre todo, de una conocedora del género "Woodiano" como ella lo hace llamar, pero ahora es mi turno de darles un giro a través de una persona que jamás había visto una cinta de Woody Allen, y ese soy yo.
Resulta que estaba yo sentadito en la sala de cine, sin realmente saber que esperar. Había visto los trailers de la película y sabía lo que muchos. Una pareja de prometidos están de viaje en París y el novio se desaparece todas las noches para adentrarse en las fiestas mágicas de la Ciudad Luz, pero nada más.
Y pues ahí estaba yo, viendo una historia que se me hacía lenta y pesada, pero que con cada frase y acción me motivaba a ver y querer más, hasta llegar el punto de estar completamente inmerso y deseoso de formar parte de los paseos nocturnos y los viajes en el tiempo que el protagonista tiene diariamente.
Hablando de viajes en el tiempo... ¡Es literal!. Cuando hizo el primer viaje a los años 20's, me pregunté a mi mismo: "Mi mismo, ¿por qué viaja en el tiempo?", y es una pregunta que hasta el día de hoy y después de haberla visto dos veces, no tiene respuesta, ¿por qué?, porque simplemente no tiene un "¡por qué!" y es lo increíble de su estilo creativo, realmente llega el momento en que como espectador ya no te importa el saber qué pasa, sólo quieres ver más y más.
Es cierto que no es una película que toda persona pueda disfrutar, pues es un paseo cultural de casi 2 horas, que viajan entre la pintura, la escritura, el cine y la escultura; desde franceses, americanos, españoles y hasta un naturalizado mexicano, convirtiendo a Medianoche en París en un museo cinematográfico.
Por otro lado, las actuaciones... ¡Ah como sufrí con ellas!, y es que para mi gusto Owen Wilson y Rachel McAdams no tienen nada de química juntos, y no porque sean una pareja disfuncional, sino que simplemente no lucen bien ambos en pantalla. Otro problema que encontré, es que los actores incidentales o que tienen participaciones cortas, como los personajes históricos, son por mucho mejores que los protagonistas, y es que tan solo la actuación de Adrien Broody se lleva a todos entre las patas, y eso que sale unos 3 minutos a lo mucho.
Pero en lo que sin duda coincido con Margarita, es que Medianoche en París tiene Garantía CineStresS.
Escrito por Ramón Marfil